
La banda criminal venezolana el Tren de Aragua es la más grande de ese país y tendría presencia en al menos ocho naciones en el continente americano.
Autoridades de México anunciaron el fin de semana pasado la detención de tres presuntos integrantes de la organización criminal “El Tren de Aragua”, una que tiene influencia en los estados de Puebla, Morelos, Estado de México y en varias alcaldías del centro del país.
Esta se considera la banda criminal más grande y poderosa en surgir en Venezuela donde sus operaciones comenzaron en un centro de detención, hasta extenderse hasta por al menos ocho naciones.
En el actual gobierno de Donald Trump como mandatario estadounidense sus reflectores crecieron después de que el Departamento de Estado la designara como una organización terrorista extranjera, al ya tener operaciones en estados como Florida, Pensilvania, Nueva York, California, entre otros.
Los orígenes del Tren de Aragua
El Tren de Aragua se habría originado en 2014 cuando Héctor Rustherford Guerrero Flores, alías “Niño Guerrero”, fue encarcelado en la prisión de Tocorón, en el estado de Aragua, lo que da nombre a la organización junto a una obra ferroviaria que nunca se concluyó en la región.
Después de su detención, Héctor aprovechó las facilidades del gobierno para la formación de los pranatos, que eran las organizaciones delictivas de Venezuela formadas en los penales y que no podían controlar ante las políticas de encarcelamiento masivo comenzadas en el mandato de Hugo Chávez y posteriormente por Nicolás Maduro.
En el comienzo del Tren de Aragua como pandilla, sus operaciones eran principalmente de extorsión y la venta de drogas en las calles, pero nunca fue una fuente de ingresos importante para ellos esta última.
La prisión de Tocorón se convirtió en el modelo de lo que podía pasar si se daba el control a los criminales: extorsiones dentro y fuera del penal con una red de comunicación que no tardó mucho en llegar a las calles.
Con el gobierno incapaz de gestionar la prisión, el Tren de Aragua rápidamente se convirtió en la banda más grande y mejor organizada de Venezuela.
Otro fenómeno social que ayudó a su expansión fue el desplazamiento de la población del país ante la crisis económica y humanitaria. Se estima que entre 2014 y 2018 cerca de 3 millones de personas salieron de territorio venezolano.
La migración masiva incluyó a miembros de la organización criminal, que comenzó a expandir sus negocios con la trata de personas y la explotación sexual.
Sus miembros comenzaron a operar de manera fuerte en los países de Colombia y Chile, en especial en territorio colombiano después de que en 2018 buscaran establecerse en la frontera entre ambos países.
La red trasnacional que construyó la llevó a tener operaciones en Colombia, Perú, Chile, así como de manera esporádica en Ecuador, Bolivia y Brasil, hasta años recientes con su llegada a México y Estados Unidos.
Respecto a sus operaciones, se basan en la extorsión y el tráfico de migrantes, además de controlar un sistema de préstamos ilegales conocido como gota a gota, también el secuestro, tráfico de drogas a pequeña escala, trata de personas y robos.